
En 1800 el chef Marie Antoine Carême rediseño el modelo del uniforme, incluyendo la filipina que cambió los colores obscuros que se usaban por colores claros en especial el blanco, ya que consideraba el más apropiado y denotaba limpieza en la cocina.
Escoffier apoyaba el uso de colores claros y la pulcritud en el uniforme, promovía el uso completo del uniforme y tener profesionalismo en la cocina.
Para cuando el cocinero estuviera en la calle el uso de la filipina no era permitido ya que podía contaminarse de bacterias que después contaminan los alimentos.
Hoy en día el uso de la filipina es el estandarte internacional para la profesión, pero no es en definitiva de ley su uso, ya que a mediados de los ochentas los cocineros empezaron a usar uniformes no tradicionales y el algodón empezó a ser sustituido por el dril y en algunos casos estampados con florecitas, especias e insignias de escuelas, para lo que algunos cocineros consideran este estilo como algo no profesional, algunas estilos de Filipinas no clásicas solo desean expresar comodidad y la individualidad de quien las porta.
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