jueves, 13 de diciembre de 2012
Y a la hora de brindar en navidad
La sidra ha sido una bebida muy conocida por las civilizaciones antiguas de Asia, Europa y el norte de África; en América ingreso con la conquista española.
Actualmente las regiones de mayor potencial en México se ubican en los estados de Hidalgo, Puebla y Chihuahua. Siendo la zona de Huejotzingo en el estado de Puebla donde se ubican las empresas sidreras de mayor calidad de México.
El secreto de la buena sidra está en el proceso de producción y en la roja calidad de las manzanas. La calidad está relacionada con el estado, la conservación, la variedad y el origen y cuanto mejor estén las manzanas, mejor será la fabricación de la sidra. Deben estar sanas, sin picaduras y en un estado de madurez óptimo. Un alto porcentaje de manzanas ácidas es ideal porque contribuyen a mantener el color natural del mosto y además evitan la contaminación por ennegrecimiento. La acidez de la manzana está ligada a la madurez y cuanto más madura menos ácida es.
Las manzanas dulces por lo general dan poco jugo, sin embargo las ácidas dan mucho y producen una sidra marcadamente ácida. No existe una variedad que contenga casi todas las exigencias de una buena sidra, el secreto está en una buena elección y mezcla de las variedades. Hasta hoy en día existe diferencias de criterios en la conveniencia de lavar o no las manzanas, las dos posibilidades tienen sus pros y sus contras pero lo verdaderamente esencial es lavarlas sólo cuando contengan restos de tierra y desechar las hojas y hierbas que se adhieren junto a ellas.
Proceso de elaboración
Comienza con la cosecha a principios del otoño (marzo-abril) una vez que van madurando las manzanas caen al suelo y son recogidas a mano. En la elaboración de la sidra no hay reglas que definan qué determinada cantidad de manzanas hay que usar para determinados litros, ese es uno de los secretos de cada sidrero. Se eligen las variedades adecuadas, se separan las que están estropeadas y se acostumbra mezclar manzanas de distintos orígenes buscando combinar las características de distintas zonas y tratando de encontrar el perfecto equilibrio entre las más dulces, las más amargas y las más ricas en taninos.
Una vez en el lugar se descargan en una plataforma rodeada de acequias que las envían al sector de lavado donde se lavan mediante chorros de agua a presión. Una cinta sale al exterior y desemboca en un recipiente donde caen las hojas que puedan estar adheridas a las manzanas y una vez lavadas se trituran. La pulpa que se transforma en puré se deposita por bombas en las prensas y el orujo se envía por medio de una cinta a una tolva para descarte. El mosto obtenido alcanza el 90% del total de la pulpa y cuando termina la fermentación se transforma en sidra y el azúcar de la manzana se convierte en alcohol.
Luego comienzan los trasiegos, es decir, el cambio de la sidra a piletas limpias dejando así la borra y este traspaso se realiza varias veces para obtener una sidra limpia, clarificada y filtrada que dará
como resultado un producto de excelente calidad. Luego se guarda hasta su traslado a la planta embotelladora para ser comercializada.
La sidra es una de las bebidas más consumidas en navidad y año nuevo, esto se debe a su sabor, su baja denominación alcohólica y al perfecto complemento que hace con los platillos que se acostumbran consumir en la época. Cabe decir que la sidra no está peleada con la clásica frase de “A mayor precio mayor calidad” ya que hay sidras de muy buen costo y muy buena calidad.
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